sábado, 23 de enero de 2016

Lucio Ibiricu y su recuerdo de la Guerra de Malvinas:


En abril de 1982, durante la Guerra de Malvinas, Lucio Ibiricu era interventor de la Municipalidad de Puerto Deseado. Ese día se encontraba en Gobernador Gregores reunido con todos los jefes comunales de la provincia, y de pronto reciben telefónicamente, la noticia del inicio de la guerra a través del Interventor de la Provincia el Brigadier Antonio López. Suspendida esa reunión, cada uno volvió a su pueblo, y comenzó la organización con la comisión de Defensa Civil. El Regimiento también comenzó a organizarse, sólo había un batallón y como no había mucho lugar, muchos soldados permanecieron en la estación del ferrocarril, que ya estaba clausurada. La comunidad colaboró en proveer la comida, abrigos, a aquellos jóvenes soldados que vinieron del norte del país y se alojaron en la estación. Se vivió un clima tenso en determinado momento. Hubo gente que se fue de Deseado por algunas noticias que circularon como un posible bombardeo aéreo. Lo más triste fue cuando empezaron a conocerse la noticia de los primeros muertos de Malvinas, sentimos miedo al ver los cuerpos de los soldados, creo que eran siete, y los velamos en el casino de Prefectura toda la noche y después al otro día, fueron llevados a sus provincias. Otro momento conmovedor fue el arribo el 5 de Mayo a este puerto, de los heridos y fallecidos del Aviso "Alférez Sobral" que fue bombardeado el 3 de Mayo, donde perdieron la vida ocho tripulantes, incluido su capitán el comandante Raúl Gómez Roca; la corbeta llegó sin el puente, estaba todo destrozado, los cuerpos estaban irreconocibles, todos mutilados. Gómez Roca estaba esperando que lo designen a una misión y se pasaba horas aquí en mi casa leyendo, o iba a la municipalidad conmigo para ver que noticias había, y finalmente lo destinan, pero a los pocos días se escucha por radio que el Sobral había sido bombardeado, lo escuchó el jefe del correo y me mandó a llamar, el mensaje se repetía cada cinco minutos. Fue un momento terrible porque yo compartí muchas cosas con Gómez Roca. Gracias a Dios el pueblo estaba organizado, había suficiente alimentos en stock, pero sentía una presión muy grande y había momentos en que no dormía esperando órdenes, porque cualquier cosa podía ocurrir y finalmente cuando se comunicó que todo había terminado, fue un gran alivio.



2 comentarios:

  1. Tremendo.. gracias por compartir un abrazo a las familias

    ResponderEliminar
  2. No sabía nada de estas historias gracias por compartirlo
    Desde Tandil un abrazón

    ResponderEliminar