Aquellos distribuidores de soda, vinos y gaseosas:
En Puerto Deseado a lo largo de muchos años atrás, habían repartidores de distintas distribuidoras que proveían de bebidas al pueblo, como gaseosas, vino y soda. Si retrocedemos en el tiempo, en los años treinta aparece la sodería del italiano Pascual Di Giorgi en la calle Ameghino, frente a la plaza 9 de Julio, donde en los años ochenta tomó la posta el Sr. Luis Ferrari, quién además reparaba heladeras. En los años cincuenta se recuerdan a la “Bilz” y la “Bidú Cola”. La gaseosa tardó varios años en instalarse en la localidad, no eran de uso común en la mesa familiar ni de venta masiva en los grandes negocios. La Coca-Cola por ejemplo llegó a Deseado a mediados de los años sesenta, a través del Sr. Ramón Blanco, una década después pasó a manos de Juan Junyent, ex ferroviario, quien fue representante de algunas firmas de vinos y gaseosas (Coca Cola, Fanta, Mirinda, Tunquelito, Granadina, etc.), a su fallecimiento continuó su hijo Jorge hasta fines del año ochenta, el depósito estaba ubicado en la avenida Oneto, frente a Maipú, pero anteriormente utilizó un depósito provisorio en la calle Zar, de la familia Pedemonte. Eran los años cuando Deseado contaba con alrededor de 4000 habitantes. Otro dato existente es acerca de la bebida Pepsi que llegó por varios años desde Comodoro Rivadavia, cuyo distribuidor era de la ciudad petrolera. Pero alrededor de fines del ochenta el Sr. Fasioli (Cacho) también fue representante de la bebida Pepsi, y su depósito estaba ubicado en la calle Ameghino, casi Zar. El Sr. Lastoria (Toto), comenzó con la comercialización de Crush y la 7 UP, y tiempo después se hizo cargo de otra distribuidora que se llamó Hipocampo de Roberto Cis, hasta que se hizo cargo Francisco Nahuelquin. Su antiguo depósito estaba en la esquina de 12 de Octubre y San Martin. Fueron los tiempos de los famosos vinos “Cavic”, “Tunquelén”, “Mifral”, “Resero”, "El Arriero", “Arizu”, “Termidor”, “Toro”, “Chilecito”, etc. En cuanto a las soderías estaban “Ricardito” de Francisco Mosconi que también fue muy reconocida, la misma estaba situada al fondo de su domicilio, en la calle Reconquista. Otra fue la que perteneció a Alberto Oyarzún en los años ochenta, su fábrica de soda estaba ubicada también detrás de su domicilio. En los años noventa Carlos Cáceres fue también un distribuidor de soda y su comercio está ubicado en la esquina de las calles Reconquista y Rosa V. de Wilson.
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