Beatriz y Rosa Viricat, pioneras de Puerto Deseado (1884):
Ambas eran hermanas e hijas de Francisco Viricat quiénes llegaron en la expedición junto a Antonio Oneto en 1884. Siendo las dos muy pequeñas, fueron testigos del hundimiento del vapor "Magallanes" de aquel 26 de Junio de 1887, en las frías aguas de la ría Deseado. En uno de los fascículos de la antigua colección de la revista "Argentina Austral" salió publicado en la década del '60, el siguiente testimonio:
"... Ese día, cuando nosotras traíamos las ovejas para el corral vimos al vapor “Magallanes” entrando al puerto. Había nevado todo aquel día. Aclaró el tiempo y cayó una helada, de la que solamente pueden guardar recuerdo aquellos que la recibieron sobre sus espaldas, como mi hermana Beatriz y yo. Mi hermana arreaba las ovejas de a caballo trayendo encima de los bastos, por delante, varios corderitos y yo, a pie, toda empapada la pollera y cargada con todos los corderos que podía alzar. Mientras íbamos arreando las ovejas, oíamos una gritería infernal y nosotras, a cada tanto decíamos: ¿Qué contentos están a bordo, estarán de fiesta? Por fin llegamos a casa y después de dejar todo listo, al no ver a nuestro padre, preguntamos por él a mamá, respondiéndonos esta negativamente. Como estábamos empapadas y tiritando de frío, todas sucias del barro de los corderitos, fuimos a cambiarnos de ropa, extrañándonos de que nuestro padre no hubiese vuelto.
Apenas pasados unos momentos llego papá: venia pálido y temblando, cuando pudo hablar mira a mi madre y le dijo: ¿Viste entrar al Magallanes? – Si – contestó ella. Pues no lo volverás a ver salir. Eso también lo sé, respondió mi madre, pues si sale de noche será imposible verlo. No, no es por eso mujer; es que el Magallanes esta debajo del agua, dijo y le temblaba la voz...”
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