jueves, 14 de enero de 2016

La esquila a mano en una estancia de
 Santa Cruz (1930):




Esta operación se iniciaba en Diciembre o Enero, según la preferencia de cada hacendado. Hace muchos años en todos los establecimientos se esquilaba a mano. Todas las estancias tenían sus galpones de esquila más o menos espaciosos y bien montados, provistos de máquinas modernas y atendidos por un personal que desarrollaba un trabajo mucho más rápido y eficaz. Cada esquilador tenía destinado en el galpón un brete, ubicado frente a la tijera que le correspondía. Un peón tenía la misión de llenar el brete de animales cuando estaba vacío y el encargado de cancha verificaba el número y lo anotaba en la tabla del esquilador y en su libreta. El operario tomaba el animal del brete, lo sentaba y después de esquilarlo suelto, lo largaba a los bretes exteriores por la puertita que le corresponde. El vellón era recogido por los cancheros y llevado a la mesa de envellonar, donde después de quitarle la lana de barriga, se lo envolvía y se lo ataba. Entre tanto las prensas funcionaban formando fardos de 200 kilos término medio, y el capataz por el exterior, inspeccionaba los animales esquilados.



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