CIBIMA (Centro de Investigación de Biología Marina) 

de Puerto Deseado:

Aquel centro de investigación estaba situado frente a la Prefectura Naval, y tuvo su época de gran esplendor durante los años '60 y '70. En la Patagonia Argentina los estudios en Ciencias del Mar se iniciaron con investigadores de distinta procedencia. Entre ellos, un botánico de la Universidad de Buenos Aires doctor Oscar kühnemann, organizó el primer Centro de Investigación de Biología Marina (CIBIMA) en 1960, aprovechando las bases de las antiguas dependencias de la anterior "Estación Algológica" del I.N.T.I (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), creada en 1953 en Puerto Deseado, en cuyos galpones funcionaba un secadero de algas.
 

Eso fue a través de un convenio entre el Instituto de Tecnología Industrial y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de Buenos Aires (Departamento de Botánica). Bajo la dirección del Dr. Oscar Kühnemann en la década del '60 se iniciaron las primeras investigaciones algológicas y zoológicas. Aquella institución fue la primera en funcionar en forma efectiva y regular en la República Argentina. El 3 de mayo de 1968, por medio de un convenio, el gobierno de la provincia de Santa Cruz destinó fondos para instalar una "Planta Piloto" en las proximidades de la estación para preparación de harina de algas. Asimismo la provincia cedió al CIBIMA, el local perteneciente al SUPA, en donde se instalaron los laboratorios químicos. Con el ánimo de perfeccionar la industrialización de las algas, se consideró de importancia complementar la actividad científica básica con la ciencia aplicada ya existente, dándose inicio a la creación de dicho centro de investigación. Para el CIBIMA fue prioritario el estudio general de la Biología Marina en la región Patagónica y Tierra del Fuego, para el aprovechamiento industrial de las algas y la formación de recursos humanos.

 

En Puerto Deseado durante 1960-1971, se realizaron Cursos Latinoamericanos de Biología Marina de la UBA, propuestos por el Consejo Interuniversitario Regional (CIR) y que contó con el auspicio del Consejo Latinoamericano de Oceanografía (CLAO). Esta institución formó los primeros especialistas en biología marina del país, publicando más de 187 trabajos científicos y 37 técnicos durante 1960 hasta su cierre en 1984.