Cañadón de los Muertos (Puerto Deseado):
Según testimonio de antiguos colonos de este lugar, en este cañadón que se encuentra a metros del Monumento a Oneto en la entrada de la ciudad, habían tumbas de los nativos tehuelches (chenques), y luego del asentamiento de los colonos en 1884, cuando los pioneros fallecían, eran enterrados en este mismo sitio, incluido Antonio Oneto, que se enferma y muere al año siguiente (1885), y varios años después, el 15 de Julio de 1934, trasladan sus restos al Camposanto recién construido. Otro antecedente que existe de siglos atrás durante la expedición de Cavendish, en Diciembre de 1586, donde dos marinos de aquella expedición, relatan que ingresaron al cañadón a lavar la ropa de los integrantes de la nave en un pozo con agua que ellos mismos habían hecho, y mientras lavaban fueron atacados sorpresivamente por nativos tehuelches que estaban escondidos y agazapados. En 1932 y posteriormente, el célebre estudioso de la geografía patagónica en general, Leoncio Deodat, realizó serios estudios meticulosos acerca de los sitios históricos y las ruinas de la Real Compañía Marítima en Puerto Deseado, como también un gran descubridor de paraderos indígenas, internándose en este gran cañadón donde realizó algunas investigaciones sobre un pozo donde afloraba el agua. Pero tal vez en este cañadón, antiguo paraje de la raza Tehuelche, hayan existido infinitas historias.
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