Cuando el ganado llegaba al frigorífico, luego de que los compradores de la empresa lo adquirían en los mercados de hacienda, ferias rurales o directamente en las estancias, se lo transportaba vivo y ‘en pie’ a las plantas procesadoras, a las que llegaba por arreos, ferrocarril o camiones de hacienda. Lo recibían los reseros a caballo y los peones recibidores. Los balanceros lo pesaban en las básculas de los corrales y luego lo derivaban a los 'corrales de descanso', en donde se le realizaba una inspección 'ante mortem' a cargo de los veterinarios, que dictaminaban sobre su estado general. A veces se lo trasladaban a los corrales de la empresa, en donde permanecían a la espera para ingresar a la faena. Esa tarea era realizada por los reseros, trabajadores que mantenían el carácter rural de su oficio. Después de que el ganado ha descansado por un lapso mínimo de dos días y se ha desbastado (sin alimento y con agua para que evacuen), era conducido por bretes y mangas hasta el corral de baños en donde se lo bañaba por lluvia. Se lavaba el cuero y se trataba de enfriarlo, tarea de 10 a 15 minutos que realizaban los peones de playa. Una vez bañado los embretadores lo hacían subir por la rampa o manga inclinada hacia el piso superior. Los animales muertos o caídos en los corrales también eran acarreados por los peones de playa hasta el piso superior.
sábado, 9 de enero de 2016
Frigorífico Corporación Argentina de Productores de Carnes (CAP) y la división del trabajo:
Cuando el ganado llegaba al frigorífico, luego de que los compradores de la empresa lo adquirían en los mercados de hacienda, ferias rurales o directamente en las estancias, se lo transportaba vivo y ‘en pie’ a las plantas procesadoras, a las que llegaba por arreos, ferrocarril o camiones de hacienda. Lo recibían los reseros a caballo y los peones recibidores. Los balanceros lo pesaban en las básculas de los corrales y luego lo derivaban a los 'corrales de descanso', en donde se le realizaba una inspección 'ante mortem' a cargo de los veterinarios, que dictaminaban sobre su estado general. A veces se lo trasladaban a los corrales de la empresa, en donde permanecían a la espera para ingresar a la faena. Esa tarea era realizada por los reseros, trabajadores que mantenían el carácter rural de su oficio. Después de que el ganado ha descansado por un lapso mínimo de dos días y se ha desbastado (sin alimento y con agua para que evacuen), era conducido por bretes y mangas hasta el corral de baños en donde se lo bañaba por lluvia. Se lavaba el cuero y se trataba de enfriarlo, tarea de 10 a 15 minutos que realizaban los peones de playa. Una vez bañado los embretadores lo hacían subir por la rampa o manga inclinada hacia el piso superior. Los animales muertos o caídos en los corrales también eran acarreados por los peones de playa hasta el piso superior.
Cuando el ganado llegaba al frigorífico, luego de que los compradores de la empresa lo adquirían en los mercados de hacienda, ferias rurales o directamente en las estancias, se lo transportaba vivo y ‘en pie’ a las plantas procesadoras, a las que llegaba por arreos, ferrocarril o camiones de hacienda. Lo recibían los reseros a caballo y los peones recibidores. Los balanceros lo pesaban en las básculas de los corrales y luego lo derivaban a los 'corrales de descanso', en donde se le realizaba una inspección 'ante mortem' a cargo de los veterinarios, que dictaminaban sobre su estado general. A veces se lo trasladaban a los corrales de la empresa, en donde permanecían a la espera para ingresar a la faena. Esa tarea era realizada por los reseros, trabajadores que mantenían el carácter rural de su oficio. Después de que el ganado ha descansado por un lapso mínimo de dos días y se ha desbastado (sin alimento y con agua para que evacuen), era conducido por bretes y mangas hasta el corral de baños en donde se lo bañaba por lluvia. Se lavaba el cuero y se trataba de enfriarlo, tarea de 10 a 15 minutos que realizaban los peones de playa. Una vez bañado los embretadores lo hacían subir por la rampa o manga inclinada hacia el piso superior. Los animales muertos o caídos en los corrales también eran acarreados por los peones de playa hasta el piso superior.
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