sábado, 20 de febrero de 2016

Antiguos galpones para depósito de locomotoras:


El adecuado mantenimiento de las locomotoras requería que cada cierta cantidad de kilómetros recorridos, o una vez al día, sean apagadas para permitir limpiar de cenizas su caldera, tubos y demás elementos anexos, actividad que debía realizarse mayormente bajo techo y que insumía una considerable cantidad de tiempo. La existencia de empalmes o situaciones especialmente singulares, como la existencia de fuertes pendientes y la consiguiente utilización de locomotoras especiales obligó al ferrocarril a construir estos edificios de chapa, muy próximos entre si y actualmente abandonados. Estos contaban con una considerable cantidad de personal, con poca o gran especialización y estaban equipados con las herramientas y maquinarias necesarias para realizar importantes intervenciones al material tractivo como tornos, fresadoras, taladros, fragua, etc., elementos de considerable tecnología para la época. Hoy es común verlos abandonados o destruidos, al igual que muchos otros edificios y elementos que formaron parte de la explotación ferroviaria tradicional y que desguazaran en 1980, por orden del gobieno de facto, como vagones, locomotoras, cabines, galpones de carga, señales, palancas, etc. Sin embargo la decadencia de este tradicional depósito fue predecible, víctimas de la desidia, desprecio y ambición del poder de turno.


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