Estos antiguos guinches o grúas de muelle, vienen prestando servicios desde hace por lo menos más de 40 años en el puerto local. Son grúas que quedan unidas al suelo (o a alguna estructura anexa). La viga horizontal de celosía se le llama pluma y el pilar vertical se llama torre. Al final de la torre está la corona donde gira la pluma. La pluma tiene unos contrapesos en un extremo para generar el balance y también va cargada en el cimiento para conseguir el momento de empotramiento necesario para funcionar, que a su vez es rígidamente sostenida mediante dos o más patas. Estas patas generalmente pueden desplazarse sobre unos rieles horizontales al nivel del suelo. Para el correcto funcionamiento de la grúa deben existir controladores de pares de fuerza y de distancia para no someter a la grúa a mayores tensiones de la necesaria. Para el guiado de la grúa se pueden usar señalistas o comunicación por radio. El control se puede realizar desde suelo o desde una cabina situada en la punta de la torre.
El gruista es una persona calificada y responsable porque el mal uso de la grúa puede acarrear accidentes muy serios. El montaje de la grúa suele hacerse con una grúa móvil. En algunos puertos se utiliza la llamada Puente-grúa que tiene el mismo funcionamiento que una grúa pórtico con la diferencia de que la viga descansa directamente sobre los rieles. Son utilizadas particularmente para elevar cargas muy pesadas. Permiten el transporte y la colocación de secciones completas en un barco pesquero o en portacontenedores modernos. Las antiguas máquinas pertenecían a la Administración General de Puertos (AGP) Sociedad del Estado, que es una empresa pública argentina responsable de la administración y mantenimiento de las áreas operativas no concesionadas de todos los puertos nacionales.
En 1989 el gobierno nacional aprobó la ley de Reforma del Estado que dispuso la concesión total o parcial de los puertos explotados por la Administración General de Puertos, así como su descentralización y provincialización. En 1992 se inició el proceso de concesionamiento y desregulación de las actividades de la AGP, donde fue sancionada la ley de Actividades Portuarias, que consagró el principio de privatización de la operación de los puertos nacionales y la transferencia de su titularidad a los gobiernos provinciales o municipales. Finalmente en 2013, se dispuso que la AGP formara parte de sus sociedades controlantes teniendo en cuenta la importancia que tiene el transporte de cargas y su integración con los puertos y el comercio por vías navegables. Actualmente nuestro puerto pertenece a la Provincia de Santa Cruz, y es administrado y operado por la Unidad Ejecutora Portuaria de Santa Cruz (UN.E.PO.S.C.).
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