Las sociedades rurales del sur. 
Objetivos y estrategias:

Hacia mediados del siglo XX, en espacios extensos como la Patagonia, resultaba lógico pensar que las sociedades rurales del sur desarrollaban su misión con nula o escasa vinculación con sus similares del resto del territorio. En cuanto a la ganadería ovina, Santa Cruz y Tierra del Fuego se especializaban en la raza corriedale-más refinada- mientras que en Chubut predominaba el merino australiano y el karakul, destinado a la industria textil. Las primeras sociedades rurales surgieron a principios del siglo XX con la fundación de la Sociedad Rural de Camarones (Chubut), la más antigua del sur argentino (1909). El 16 de Febrero de 1913 se fundó la Sociedad Rural de Puerto Deseado, luego de haberse reunido un núcleo de pobladores para tal fin. La Sociedad Rural de Puerto Deseado es la más antigua de la provincia de Santa Cruz, y la segunda de la Patagonia. En 1913 se comisionó a los Sres. Oscar Whalquist, Jesús Nuñez, y Ernesto Romberg para que se encarguen del estudio de la construcción de un galpón e instalaciones accesorias para la realización de las ferias. En ese entonces, la población se encontraba constituida por unas pocas casas diseminadas.

 

En 1921 nace la Sociedad Rural de Río Gallegos; en 1925 se fundó la Sociedad Rural de Esquel en el territorio de Chubut. Durante la década de 1930, en Santa Cruz surgieron nuevas entidades rurales: puerto San Julián y Puerto Santa Cruz, ambas en 1930, y la Cooperativa Ganadera Lago Argentino (1936).  Posteriormente en 1943 surgieron la Sociedad Rural de Las Heras (Santa Cruz), Sarmiento (Chubut), Viedma y Nahuel Huapi (Río Negro). En cuanto a la composición de las sociedades rurales, estaban presididas por ganaderos locales de arraigo y de importante actividad política, entre 1946 y 1949 Ibón Noya, primer presidente de la Sociedad Rural de Río Gallegos y que era concejal electivo de la misma localidad desde 1915. En otras sociedades rurales,  especialmente las de Puerto Deseado, Rio Gallegos y puerto Santa Cruz, se advierte una relevante participación de ganaderos y terratenientes británicos en la fundación y comisiones directivas de estas sociedades. También hay que destacar la inclusión de empresas comerciales y ganaderas como fue el caso de la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia, de Ricardo Fisch, integrante de la Sociedad Rural de Río Gallegos; Manuel Barros, integrante de la Sociedad Rural de Puerto Deseado o de Jesús Larrañaga, integrante de la Rural de Las Heras y gerente del establecimiento ganadero “La Ascensión”.

 
Otros antecedentes históricos fue la de la Sociedad Rural de Viedma que mantuvo contacto a lo largo del período estudiado, con las sociedades rurales de Trelew, Comodoro Rivadavia, Río Gallegos, San Julián, Puerto Deseado, Las Heras que pertenecían en aquel entonces al territorio de Santa Cruz. Asimismo, las sociedades de Colonia Sarmiento, Puerto Deseado y Las Heras acordaron por escrito acciones comunes para cuestiones puntuales que afectaban al ganado. También las sociedades rurales sureñas compartieron en líneas generales similares objetivos de acción. La herramienta elegida fueron las exposiciones periódicas de animales y productos regionales. Según datos, las exposiciones más tempranas fueron las de la sociedad rural de Camarones (1910), Puerto Deseado (1915) y Esquel (1926).

 

 A lo largo del tiempo existieron diversos concursos asociados a las exposiciones: la Feria del Carnero a Campo organizada por la sociedad rural del valle del Chubut desde 1937, el concurso de vellones realizado por la Sociedad Rural de Viedma, el concurso hípico desarrollado por la Feria de Puerto Deseado y de Las Heras, o el concurso de corderos tipo exportable iniciado en 1947 por la Sociedad Rural de Esquel. Las sociedades rurales patagónicas constituyeron una expresión asociativa de sectores representativos que conformaron verdaderos grupos de interés para la consecución de sus demandas sectoriales. Gestaron asociaciones rurales en localidades importantes de cada territorio,  como una manera de conservar un lugar expectante en el escenario político.